De amor y otras ciencias



David Silva Olvera

El 14 de febrero, día de San Valentín, es muy emotivo hablar sobre amor, aunque siendo honesto nunca he tenido una conversación con él, donde tenga el gusto de presentarme y decirle: "mucho gusto señor Amor, mi nombre es David Silva"... muchos pensarán que este comentario es pueril y absurdo pero el amor simplemente lo sentimos a través de emociones y sensaciones connotativas que resultan ser indescriptibles de modo que se manifiesta de diferente forma, tanto que nos hace ver la vida diferente... plena, tal es su repercusión que nos conduce al camino de la felicidad. Ante estos síntomas no creo que alguien padezca alexitimia - Dificultad o incapacidad para identificar y expresar sentimientos y emociones (Ferran Martínez Gómez) - puesto que fisiológicamente el hipotálamo a través del Sistema Nervioso, ordena a las glándulas suprarrenales que incremente inmediatamente la producción de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) provocando el aumento de la frecuencia cardiaca y presión arterial, por lo tanto, también se incrementa la liberación de grasas y azúcares para aumentar la capacidad muscular, generándose mayor cantidad de eritrocitos a fin de mejorar el transporte de oxígeno por el torrente sanguíneo.

Con este sencillo planteamiento epistemológico y fisiológico de alto valor significativo, espero coincidir con el maestro Maturana expresado desde una realidad puntual y objetiva, ya que mi intención no es agraviar ni abaratar el verdadero significado del amor como lo hacen en algunas series televisivas y también películas de Hollywood, como si los lirios de la esperanza quedaran tendidos en el desierto del olvido, ya habrá a quién satisfaga o desmienta su contenido, esto lo expreso sin perder claro está, el toque romántico del enamoramiento y la candente pasión que conlleva, generando un ambiente de paz y armonía.

Cabe mencionar por muy curioso que parezca, sin menospreciar el trabajo de San Francisco de Asís, santo patrono de los animales, que en mi inmaculada autoría el Médico Veterinario Zootecnista también transmite su amor a través de sus conocimientos y servicios, repercutiendo directamente en la Salud Pública, por citar algunos ejemplos como la vecina que tiene su mascota vómito y no quiso comer desde ayer por la tarde, hasta el señor que se sienta en la mesa de un prestigiado restaurante a comer un delicioso y apetecible corte de carne selecta, así como atender en el pueblo más lejano de la sierra el parto de la vaca de don Merango, sacrificar a un animalito con algún tipo de neoplasia ya sea linfoma, mastocitoma, hemangiosarcoma u osteosarcoma con metástasis, incluso un perrito politraumatizado porque lo atropelló un vehículo en una vía rápida de la ciudad; porque todo ser que se ama, lo menos que se quiere es lastimarlo, causarle ningún daño y mucho menos hacerlo ni verlo sufrir, y si seguimos hablando de nuestro amor, el fin justifica los medios, al ver que nuestro amor no tiene fronteras, así podemos considerar a las ciencias veterinarias como una disciplina que se preocupa y ocupa (¿esto no es amar?) de la población por su salud y bienestar. Pasando medio día al oír el trinar de un pájaro y bebiendo versos de plata con aroma a jazmín, ahogué un suspiro postrándome ante los pies del jardín de los delirios perdiendo la razón por encontrar siempre la verdad ante un acontecimiento científico, sin embargo lo verdaderamente asombroso y poético no es que arda lo que enciende, sino que sepamos cómo algo enciende y arde, conjuntamente así es el amor, como lo había mencionado, es esa llama de fuego que nunca muere, la misma energía que no se crea ni se destruye sólo se transforma y su cadente movimiento jamás pasa desapercibido tanto que su esencia nos susurra dulcemente al oído que estamos vivos, ya que cuando lo transmitimos con todo el corazón, nunca nos quedamos vacíos porque tenemos mucho más que dar y compartir en calidad y cantidad.

No sé qué tan institucionalizado o domesticado se haya convertido el concepto de amor en la actualidad, ni que opinión tendrían Gibran Jalil Gibran, Octavio Paz, Mario Benedetti, Jorge Luis Borges, José Emilio Pacheco, Federico García Lorca,  Lord Byron, William Shakespeare, Pablo Neruda o Friedrich Nietzsche hoy en día con todo el efecto tóxico y contaminante en el que vivimos, siendo el que ha llevado a un encierro obstinado y enajenante a nuestra displicente sociedad.

No nos resultan ajenos los comentarios donde aseguran que la ciencia nos hace insensibles y poco sentimentales, mas yo creo en la libertad en que al aceptar esta profesión de fundamentos hipocráticos y metodología científica, nos responsabiliza por amor. Entonces ¿Qué debo hacer?, ¿qué debo decir? ¿A qué debo enfrentarme por amor a ella... a mi profesión? Larga puede ser la lista al querer responder estas preguntas, a título personal en este momento lo mínimo era escribir este pequeño artículo para compartir y decirles a mis colegas que es hora de mostrar abiertamente nuestro amor, no por obligación ni resignación, sino por el verdadero compromiso y entrega que sentimos, si es que no se habían puesto a pensar en ello, supongo que ya cada uno sabrá como manifestarlo, pero sobre todo en mi apasionado, utópico y no muy ortodoxo concepto, quiero decir que el servicio que brinda un Médico Veterinario es dignificante aunque el alcance de nuestra actividad profesional sea poco conocida en comparación con otras profesiones, mejor dicho; tal vez lo que muchas personas ignoran es que un “veterinario”

como nos llaman, se encarga diariamente del perfecto engranaje para que funcione la gran maquinaria del sector pecuario la cual se resume en el siguiente acrónimo: GRAMSE, lo que significa: Genética, Reproducción, Alimentación, Manejo, Sanidad y Economía, reforzando el conocimiento de nuestro origen,  arropando al necesitado, como luz habitando en la materia, todo esto para salvaguardar la existencia de la humanidad, y colaborando con el desarrollo y transformación de nuestro país e incluso de todo el mundo.

Al concluir el día observando las estrellas y el resplandor de la luna navegué en el mar de los recuerdos con la brújula a su favor, cuando el doctor Santiago Aja Guardiola me dijo una tarde de junio en mi examen profesional, que la carrera de Medicina Veterinaria y Zootecnia es la más bonita de todas… ahora sólo puedo decir por amor, que esta hermosa profesión es más valiosa cuando la echamos de menos…

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