Testimonios sobre el caballo en la historia de México


 Nos conquistaron a caballo y nos liberamos a caballo
José Eugenio Villalobos Guzmán

 A la llegada de los españoles a tierras mexicanas los nativos quedaron asombrados al ver tantas cosas totalmente nuevas para ellos, sin duda, una de las novedades que mas los inquietaron fue el caballo, lo relacionaron con un monstruo, situación que favoreció a los españoles, pues rápidamente se rendían ante el temor de ser devorados por estas bestias, en una carta que cortes le envía al rey le manifiesta: conquistamos gracias a dios y a los caballos,  el conquistador prefería perder 20 hombres y no un caballo, en la batalla de la conquista las diferencias fueron: las armas de fuego, las dos traiciones; la primera la de la malinche y la segunda la de los tlaxcaltecas, también los españoles  que lucharon, pero principalmente al caballo, sin este animal, los españoles hubiesen tardado mucho más tiempo, o tal vez nunca hubieran logrado el triunfo, como se verá el testimonio de los mismos conquistadores, misioneros y de los nativos. En las siguientes transcripciones se respetan fielmente la escritura original.


 Al no conocer al caballo, los indios, lo compararon con los venados, animal conocido por ellos y con la mejor similitud como se ve enseguida.

los soportan en lo alto sus venados, tan altos están como los techos de sus casas.
Los informantes de Moctezuma.

 a los caballos llamaban venados, y otros tuycen, que eran unos como caballos que ellos hacían en una su fiesta de cuingo de pan de bledos; y que las crines que eran cabellos postizos que les ponían a los caballos.
…decían al cazonci los indios que primero los vieron, que hablaban los caballos.
Crónicas de Michoacán.

 Pensaban que caballo y caballero eran un solo ente, como se detalla aquí:

pues estábamos peleando, desde que los vimos, nos dimos tanta prisa, que los de a caballo por una parte y nosotros por otra, de presto volvieron las espaldas, y aquí creyeron los indios que el caballo y el caballero eran todo uno, como jamás habían visto caballos…
Bernal Días del Castillo.

 El pánico se apodero de los indios, pues jinetes con armaduras, el bufar de los caballos, las chispas y el estruendo de las herraduras, el griterío de un idioma desconocido y las lanzas no era cosa menor.

con horror y tormenta del fuego, las mujeres con sus criaturas en sus brazos, se salían de las casas pero luego que vieron los caballos, los nunca jamás habían visto, se tornaban a las casas que ardían, huyendo mas de aquellos animales, que no los tragasen, que de las vivas llamas.

…salieron gran número de indios a resistirles la venida, pero como vieron los caballos, estimando que los habían de tragar, comenzaron a huir.

…puesto que desde que vieron los caballos y caballeros fue grande su espanto, creyendo que hombre y caballo era toda una cosa y la lanza no menos.
Fray Bartolomé de las Casas.
 Cuerpo a cuerpo, los españoles no hubieran derrotado a los aztecas, sin su arma letal, el caballo, los aztecas no habrían sido derrotados, según opinión de terrazas.

los naturales solo temen a los españoles por los caballos, que a los de a pie mucha ventaja nos hacen así por ser infinitos como por ser más ligeros.
Francisco de Terrazas.


 Veían un solo ser antropozoologico, por lo cual deducían que su alimentación era igual a la de ellos, por esto, les ofrecían carne y pollo, para tranquilizar a la bestia, muy interesantes  resultan las narraciones de Muñoz Camargo, Jerónimo  de Alcalá y fray Juan de Torquemada.

 luego a los principios, en el lugar y pueblo de tecohuatzinco en la provincia de Tlaxcala, entendieron los naturales que el caballo y el que iba encima era toda una cosa, como los centauros u otra causa monstruosa; y ansi daban ración a los caballos, como si fuesen hombres, de gallinas y cosas de carne y pan ; el cual engaño duro muy poco, porque luego entendieron que eran animales irracionales que se sustentaban de yerbas y en el campo , aunque también estuvieron mucho tiempo en opinión de ser animales fieras que se comían a las gentes, y que por esta causa decían que los hombres blancos les echaban frenos en las bocas atrailladas contra ellos. Cuando acaso algún caballo traía ensangrentada la boca, decían que se habían comido algún hombre.

…y ansi cuando relinchaba un caballo decían que pedía de comer y que se lo dicen luego no se enojase; de esta manera procuraban de tener contentos a los caballos; en darles de comer y de beber muy cumplidamente.
Diego Muñoz Camargo


 En Tlaxcala trujeron para los caballos sus raciones de gallinas, como para los españoles.
La relación de Michoacán, fray Jerónimo de Alcalá.
 
parecerá barbaridad, y grande simpleza la de estas gentes indianas, en parecerles, que los caballos y hombres, que Iván caballeros en ellos, eran una misma cosa; pero aunque lo parece, no lo es; porque lo que jamás se ha visto, cuando la primera vez se ve no luego se conoce , en especial si son cosas dificultosas de entenderse; y así lo es ver a un hombre a caballo, para aquel que nunca vio caballo, ni supo si era animal irracional, o no; y en este error cayeron algunas naciones del mundo, en aquella primera y rustica edad de él, cuando los hombres comenzaron a usar de este artificio, en las guerras contra sus enemigos; los cuales como jamás habían visto semejante animal y veían la figura de otro hombre , como ellos encima creían ser todo una misma cosa, y de aquí fingieron la figura del centauro diciendo ser medio hombre y medio caballo, como lo noto Celio panonio, en su colectánea. Y no es maravilla que si estos indios creyeron ser una misma cosa que como a cosa conjunta a la figura del hombre, (que sabían que comía carne) traxesen una gallina al uno y otra al otro, y que como a cosa particular, y fiera, le temiesen, aunque después que se desengañaron, también les hacían rostro a los de a caballo, como a los de a pie, y les tiraban golpes de espada, como a los hombres; y si no véanlo en el cayo, que después sucedió en una contienda que tuvieron con los tlaxcaltecas donde cortaron las cabezas a dos caballos de un solo golpe; y aunque más feroces, y espantables parecían, vinieron al suelo muertos.
Fray Juan de Torquemada; monarquía indiana, tomo I  



 Al ver que los caballos llevaban hierro en la boca deducían que era alimento en esa razón ofrecían alimento de mejor calidad, es decir oro, Garcilaso de la Vega nos lo describe mejor:

demás de lo dicho, a los principios, de las conquistas en todo el nuevo mundo tuvieron los indios que el caballo y el caballero era todo de una sola pieza como los centauros de los poetas; dícenme que ya ahora hay algunos indios que se atreven a herrar caballos mas que son muy pocos.


…numerosos presentes le fueron ofrecido a los caballos, cuando vieron que los caballos llevaban frenos de hierro, entendiendo que era manjar de ellos, trajeron mucho oro y plata en tejos para labrar y las pesebreras, diciendo a los caballos comiesen de aquello que era mejor pasto que el hierro; los españoles riendo de la simplicidad de los indios, les decían que les diesen mucho de aquello si querían aplacar los caballos y hacerlos sus amigos.
Garcilaso de la Vega el inca.

 La misma descripción hicieron varios autores, respecto al asombro de los naturales.

atemorizo totalmente a los indios, porque no los habían visto hasta entonces, y aprendieron con el primer asombro que eran monstruos feroces, compuestos de hombre y bruto, al modo que, con menor disculpa, creyó la otra gentilidad sus centauros.
Antonio Solís (Historia de la conquista de México)



 cortes tenía que luchar contra una nación guerrera que no se intimidaba ante la vista de los briosos corceles que hasta entonces habían sido mirados como de origen celestial…

…cortes mando enterrar los dos caballos muertos por los feroces golpes de la terrible macana para evitar que los indios perdiesen el terror que les tenían…

…los pocos soldados de caballería, calzada la espuela y armados del todo, dormían junto a los caballos, que estaban con las sillas y las riendas puestas…

…cayó el jinete a tierra cubierto de heridas, a la vez que caía también muerta la briosa yegua de Juan Cedeño. Los compañeros al verle caer y que trataban de llevarle prisionero, volaron en su auxilio, lo mismo que parte de la infantería. Entonces se entablo una lucha terrible entre los tlaxcaltecas, que anhelaban apoderarse del muerto animal para presentarle como trofeo, y los españoles que tenían empeño en defenderlo para que no se perdiese entre los indios el terror que inspiraban los caballos. Las macanas indias se cruzaban con las espadas toledanas anhelando uno y otro ejercito quedarse en posesión del muerto corcel, sobre cuyo cuerpo combatían. Los castellanos, viendo la dificultad de impedir el intento de sus contrarios, lograron cortar la cincha y apoderarse de la silla, salvando a la vez a Pedro de morón, contentos con su presa porque podían presentarla a pueblos como un trofeo de gloria. Destrozaron en mil pedazos la yegua muerta, de que lograron apoderarse; colocaron sobre una larga lanza su cabeza, y los mutilados miembros del animal fueron paseados por los pueblos y ofrecidos luego a sus dioses, juntamente con las herraduras, que colocaron en el pueblo principal de Tlaxcala.
Pedro de Morón.

 Los españoles conquistaron América a lomos de un caballo y un cerdo en la grupa.
Veterinario profesor, Castrejón.

 Una vez consumada la conquista, por considerar al caballo una arma y viendo que los naturales eran muy diestros para montar a caballo, se prohibió que ningún natural montara acaballo bajo pena de muerte, algunas evidencias que por sí solas se explican.

que algunos misioneros jesuitas que andaban por Sinaloa en los últimos años del siglo XVI eran acompañados por indios que Iván a caballo, a pesar de la prohibición de montar caballo los indios.
Padre Alegre en su historia de la compañía de Jesús en nueva España.



 expresamente que los indios pudiesen tener ni usar caballos bajo pena de muerte y perdimiento de bienes.
Instrucciones dadas a la segunda audiencia en Madrid a12 de julio de 1530.
Ley XXXIII, libro VI, título I de la recopilación de indias.

Desde luego, que el caballo fue también arma importante en nuestra independencia.

A Morelos le quedaba flojo el caballo bajo las piernas, ni le parecían pequeños los hombres debajo de los estribos.

Morelos se bajo del caballo para hablarse de tu con los del pueblo.

A Morelos, la aurora siempre lo descubrió a caballo y solo para morir de pie, dejo de ser jinete.

Yo soy Morelos el caminante, el que va, con la patria en ancas, camino del mañana; si quieres ayudarme a sostener la preciada carga, deja tu cruz y sígueme.
Salvador Pineda




  Colaboración del M.V.Z. José Eugenio Villalobos Guzmán
U.M.S.N.H.

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